Durante los últimos años se ha mantenido una tendencia consistente en el aumento paulatino de la importancia del consumo energético de los edificios de viviendas vascos, debido a que el parque de edificios es cada vez mayor y a que la utilización de los equipamientos que consumen energía ha crecido en la medida que el nivel de confort ha aumentado.
Así, en los datos de Gipuzkoa relativos a la última década y media no solo se ve un aumento neto en el consumo de energía, sino también que el consumo de energía en los hogares cada vez tiene más peso en el consumo de energía total.
De acuerdo a datos de 2018, las fuentes de energía mayoritarias en los hogares de Gipuzkoa siguen siendo el gas natural y la energía eléctrica, que reúnen casi el 80% del consumo, mientras que las energías renovables apenas aportan poco más del 7% y aún siguen teniendo menos peso incluso que los derivados del petróleo como el butano o el gasoil.
En el caso de Oarsoaldea, en los últimos años se ha realizado un importante incremento de las instalaciones de gas y calefacción en las viviendas de los cuatro municipios de la comarca, en consonancia con lo observado en el resto de la provincia.
La vulnerabilidad energética es la situación que viven las familias que no tienen capacidad para satisfacer sus necesidades energéticas (sistemas de calor, sistemas de agua caliente, iluminación, electrodomésticos…). Según datos de 2017, más del 21% de los hogares gipuzkoanos (alrededor de 130.000 personas) sufren esta situación.
Pero ésta no es una situación que afecte solo a hogares con bajos ingresos económicos. De hecho, más de la mitad de los hogares afectados por la vulnerabilidad energética tienen ingresos por encima de la media, pero su gasto energético es muy alto y/o tienen problemas para mantener una temperatura adecuada en sus hogares.
En nuestra comarca, la antigüedad media de las viviendas es mayor que la de Gipuzkoa, mientras que la presencia de sistemas de calor y la renta media de las familias es inferior a la de Gipuzkoa, por lo que podemos afirmar que los niveles de vulnerabiilidad energética en Oarsoaldea están por encima de los de la media provincial.